viernes, 31 de mayo de 2013

EL FACTOR DE SOSTENIBILIDAD DE LA SANIDAD PÚBLICA (2)


by  Jaume Puig-Junoy y Marta Trapero-Bertrán

En España el valor terapéutico o el grado de innovación no parece ser un factor clave en la determinación del precio de entrada de los medicamentos nuevos, contrariamente a las expectativas y los resultados para los EE. UU., y para Suecia, según encontramos en Puig-Junoy y González López Valcárcel (2012)

Los resultados de este estudio muestran que en un mercado altamente regulado, sin ningún tipo de mecanismo de revisión periódica de los precios, los productos terapéuticamente similares (me-too) siguen la misma estrategia de cream skimming (elevados precios de entrada) que los más innovadores. Estos resultados indican que las empresas biofarmacéuticas han estado utilizando el mecanismo de regulación de precios para introducir novedades, con independencia del grado de innovación, y principalmente como una forma de recuperar la erosión que la inflación y las rebajas unilaterales de precios provocan en los mismos a medida que transcurre el tiempo.

En realidad, ni siquiera sabemos el coste por QALY de los medicamentos que de forma centralizada se autorizan cada mes. Para empeorar las cosas, en respuesta a las reclamaciones de transparencia, desde junio de 2012 han dejado de publicarse incluso los precios de venta acordados por la Comisión Interministerial de Precios de los Medicamentos para medicamentos nuevos y sólo hacen públicas las bajadas de precios de los medicamentos que tienen competencia (genéricos).  

Hasta este momento las políticas de financiación y de precio de los medicamentos están basadas en criterios clásicos de seguridad y eficacia. Cuando sabemos que los principales factores que impulsan el gasto sanitario son la adopción de innovaciones y el aumento del uso por persona, mucho más allá de lo justificable por el envejecimiento, es clave para la sostenibilidad de la sanidad disponer de un procedimiento de evaluación independiente de la eficacia/efectividad comparada o incremental y la relación coste-efectividad que permita adoptar decisiones de financiación selectiva y de precio según valor. A diferencia de la reforma de las pensiones, el factor de sostenibilidad sanitario no se diseña de manera automática según la esperanza de vida, sino según el valor de los tratamientos: la evaluación de la eficacia incremental o valor terapéutico añadido, la relación coste-efectividad y los umbrales de disposición a pagar por AVAC son sus instrumentos.

La evaluación económica de medicamentos –análisis coste-efectividad, coste-utilidad y coste-beneficio- es una herramienta que incorpora criterios económicos al proceso de toma de decisiones. Como es obvio, este elemento no tiene que ser la única variable a tener en cuenta en la ecuación de la toma de decisiones, pero si un elemento que debe informarlas y sobre el cual rendir cuentas. La incorporación de esta herramienta en la toma de decisiones pretende facilitar el acceso a las nuevas tecnologías sanitarias para todos los ciudadanos teniendo en cuenta la sostenibilidad financiera del sistema sanitario público. Es una lástima el escaso progreso real en España en el uso de la evaluación en la toma de decisiones a pesar de haber tenido una de las primeras agencias de evaluación en Europa en los años ochenta (la de Catalunya) y a pesar del elevado número de agencias (entre estatales y autonómicas) y del elevado número de informes que emiten estas agencias.

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