domingo, 29 de abril de 2012

MÁS ALLÁ DEL COPAGO

Artículo publicado en La Voz de Galicia, 29 de abril de 2012

 
El crecimiento continuado del gasto farmacéutico constituye un reto para la financiación de la mayoría de sistemas de salud pero es, en parte, también el resultado de décadas de avance tecnológico que han permitido cambiar el impacto de muchas enfermedades sobre la supervivencia y sobre la calidad de vida.

Viendo las medidas de reducción del precio adoptadas por los sucesivos gobiernos en la última década uno podría pensar que la causa del mayor gasto se encuentra en los elevados precios, derivados de los continuos descubrimientos aportados por la investigación. Nada más lejos de la realidad. En la década pasada el precio de los medicamentos se redujo en más de un 10%, descontando la inflación, mientras aumentaba en más de un 30% el número de recetas que cada ciudadano ha ido a buscar a la farmacia. Si hay algún problema con el gasto farmacéutico, la causa se debe buscar más en el consumo que en el precio.

Las medidas urgentes de reforma sanitaria publicadas en el BOE del pasado martes pueden tener un notable impacto sobre el consumo de medicamentos que nos financia el Sistema Nacional de Salud. Aunque la más llamativa para el ciudadano es la reforma del copago, pero el Real Decreto Ley no se ha quedado sólo en eso. A partir de ahora se podrán desfinanciar tratamientos para síntomas menores y a la hora de fijar precios regulados se  podrá tener en cuenta la relación entre el coste y la efectividad o mayor valor terapéutico de los nuevos medicamentos que ahora llegan al mercado con precios muy elevados, a despecho de su contribución a la mejora del  arsenal disponible.  

La reforma de copago aprobada por el gobierno supone el fin  de la gratuidad de las recetas y posiblemente del sobreconsumo asociado al precio cero para los pensionistas que ha perdurado más de 33 años. Se ha optado por hacer pagar a todos y eximir sólo a los más pobres, sean o no pensionistas. Pero esto no acaba con la poco útil distinción entre activos y pensionistas. Mientras éstos últimos no pagarán más del 10% del precio, para muchos de los enfermos activos con una renta similar el coste será del 40 y 50% del precio, excepto para tratamientos etiquetados como  crónicos.

Ha sido acertado establecer un coste máximo mensual por persona bastante reducido, de 8 euros, que puede aumentar a 18 cuando la renta supere los 18.000 euros anuales, pero esto sólo se aplica a los pensionistas y no al resto de la población. Aplicar un límite máximo a todos es necesario ya que el gasto en un año se concentra en un número de reducidos de personas muy enfermas. Por otro lado, el sistema es a todas luces de gestión complicada y costosa sin necesidad alguna al pretender mezclar el copago con el nivel de renta, algo que complica innecesariamente  los cobros llegando a la gestión semestral de devoluciones. Sería suficiente hacer pagar un mismo porcentaje del precio a casi todos, aplicando un límite máximo de aportación acumulada cada año por persona como en Suecia o un límite en forma de porcentaje máximo de la renta que se puede llegar a pagar, como en Alemania.

Ahora lo que se requiere para que sea creíble la voluntad de ir hacia una cobertura selectiva de prestaciones y medicamentos según la evidencia científica de la eficacia comparada y coste-efectividad es un cambio estructural en el procedimiento y criterios de financiación y de fijación de precios de los medicamentos. El ejemplo de Reino Unido, Australia y Canadá en el uso de la efectividad comparada y el ratio coste-efectividad en las decisiones de cobertura aporta evidencia no sólo de que es factible su empleo en estas decisiones sino de que han incentivado la producción de información sobre eficacia comparada por el propio mercado.

Esto requiere voluntad política para establecer un procedimiento objetivo, independiente, muy transparente y basado en el conocimiento científico, lo que va bastante más allá de lo avanzado en la reforma de esta semana que se limita a coordinar las agencias de evaluación autonómicas o a simplemente decir que se podrá tener en cuenta el valor de lo que paga por los nuevos medicamentos.


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